Hoy es uno de esos días en los que no se que hacer. “Un no se que hacer” entre comillas puesto que siempre hay algo solo que no estoy de animo.
Por lo que comencé a pensar y recordé algo que si alguien me lo hubiera dicho en esa época me hubiera reído en su cara sin avergonzarme.
Recuerdo cuando estaba en la enseñanza básica y nos hacían leer cuentos que encontraba muy divertidos, a tal punto que los repasaba dos o tres veces. Con el pasar del tiempo leer se transformo en una obligación y se convirtió en una de las cosas más desagradables.
En la enseñanza media era tal mi desagrado por la lectura, que cuando nos daban las fechas de pruebas , que me conseguía los libros con su respectivo resumen. Entonces leía un poco unas paginas al inicio, otra al centro y otras al final del libro, luego el resumen y estaba lista para la prueba. Con el pasar del tiempo fui mejorando la técnica y solo necesitaba leer el resumen la biografía de la autora y listo.
Cuando ya estaba estudiando en la educación superior leer se transformo en una de mis peores pesadillas, era tanto lo que había que investigar, que estaba obligada hacer de la lectura mi mejor compañera. Las cosas no siempre me resultaban porque casi siempre me quedaba dormida, pase varias vergüenzas, ya que uno va a la biblioteca a estudiar y no a dormir. Confundía los conceptos y me vi una vez más en la obligación de buscar una manera de retener en mi cabeza lo que decían los libros (Un trabajo bastante difícil). Tenía una compañera que casi siempre estaba sola y me la encontré varias veces en la biblioteca, así que nos hicimos compañeras de grupo y hacíamos los trabajos juntas. Ella era muy buena para leer y lo mejor de todo… le gustaba. Gracias a ella mejore mis notas, como leíamos juntas a ella se le ocurrió que después de leer comentáramos y que cada uno diera su opinión .
De esta manera logre pasar mis asignaturas, pero no por eso mi forma de ver la lectura cambio. Una de las cosas que no me gustaba de leer es que yo era muy impaciente y una vez que tomaba un libro no paraba de leer hasta acabarlo y cuando estos eran muy largos me impacientaba y los de jaba tirado, otra de las cosas por las que odiaba la lectura era porque en varias ocasiones leía dos veces la misma línea y me dolía mucho la cabeza.
Cuando entre a trabajar por primera vez me di cuenta que algo no andaba bien conmigo sufría de constante jaquecas, podía pasar días en esas condiciones. Hasta que mi jefe por mejorar mi condición de trabajo me cambio el monitor de mi computador a uno más grande, específicamente de 17’ pulgadas. Mis dolores de cabeza se acrecentaron a tal punto que se volvieron insoportables. Decidí que tenia que parar estos malestares porque hasta mi humor cambio. Fui a un especialista y me recetaron anteojos y me enviaron a donde una tecnóloga medica, porque me encontraron estrabismo leve en mi ojo izquierdo.
Con el paso del tiempo mis molestares disminuyeron, pero cada vez me hice más dependiente de mis anteojos que sin querer se transformaron en mis mejores amigos. Después de juntar dinero durante mucho tiempo, me compre mi tan preciado notebook.
Vi una película online se llamaba crepúsculo, fue tal mi motivación que busque información sobre la película y me encontré con la maravillosa sorpresa que era una saga de 4 libros. Fui al cine a ver la película nuevamente y me conseguí el libro de la secuela Luna Nueva. Después de una semana ya me estaba consiguiendo Eclipse, a la semana siguiente hice lo mismo con Amanecer. Pero como me había leído los tres me faltaba Crepúsculo que supuse era muy diferente a la película así que lo baje de Internet e hice lo mismo con los otros tres. Cada uno lo lei por lo menos 5 veces luego cambie a las Crónicas de Narnia y así sucesivamente.
Hoy en día puedo decir con seguridad que si en algún momento la lectura era mi peor pesadilla hoy se ha transformado en uno de mis mejores pasatiempos.
Las vueltas de la vida no lo creen?…
